Historia



Un grano conocido en la antiguedad

En las épocas precolombinas, el grano de kiwicha era concebido como uno de los alimentos básicos del Nuevo Mundo, casi tan importante como otros productos tales como el maíz y el fríjol. Miles de hectáreas de tierras aztecas, incas y de otras culturas eran cultivadas con estas prodigiosas plantas.

Antes de la llegada de los españoles, 17 provincias eran las encargadas de enviar más de 20, 000 toneladas de grano de kiwicha a la antigua Tenichtitlán (hoy Ciudad de México), en honor al Emperador azteca Moctezuma.

Tal era la importancia de la kiwicha en épocas prehispánicas que llegaba a fundirse entre los rituales aborígenes. En varias fechas del calendario religioso, las mujeres aztecas eran las encargadas de moler la semilla, la mezclaban con miel y conformaban con ella animales como víboras, aves, venados y dioses, para luego ser comidas en sus ceremonias, en los grandes templos aztecas o en pequeñas reuniones de familia.

Seguramente su consumo en estos rituales paganos espantó a los conquistadores españoles y con el colapso de las culturas indias después de la llegada de los españoles, el kiwicha quedó en el pasado. Solamente en algunos lugares de las Américas se seguía cultivando esta planta, especialmente en zonas montañosas de México y los Andes.

Así otros cereales como el maíz y el fríjol, ambos nativos del Nuevo Mundo, se convirtieron en los cultivos principales que alimentan al mundo, mientras que el kiwicha cayó en el olvido. Pero recientes estudios realizados en este nuevo siglo le han retribuido a la kiwicha sus cualidades como un alimento altamente nutritivo y con propiedades curativas.

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